El día dio para muchas imágenes y mas emociones, me contaba Omaira que hacia mucho tiempo que no habían ido a la playa, y de alguna manera lo echaban de menos, pues son días en los que salen de su rutina diaria, y aprovechan para comer pescado y marisco, son pescaditos pequeños, y cangrejos sobre todo.
La comarca cuenta con la playa de Sabotal entrada por San Lorenzo como territorio anexo a ella, los Ngäbe acudian alli sobre todo para recoger sal, no es el caso de las Lajas, donde en nuestro caso se trata mas de diversion.
Nos quedamos con Denilka pescando con el sedal en la mano, mientras tanto, los mas jóvenes se fueron un poco mas arriba, siempre a la vista de sus padres, pues si la marea sube,y te pilla despistado, puede ser que no puedas salir de allí, es todo manglar, y los accesos son pocos y escondidos.
Mientras Omaira empezó a cocinar el arroz blanco, es la base de su comida, no solo para los Ngäbe, si no en Panamá en general.
Y Denilka consiguió lo que pretendía, pues andaba detrás de un cangrejo.
En esas llegaron unos panameños, y se pusieron a pescar con red, alguno de ellos enseguida dijo que quería una de esas
Los muchachos, que un rato antes habían cruzado el rio para buscar cangrejos en el otro lado volvían con la pesca, y haciendo un poco el oso.
Por lo que era la hora de acercarse para comer.
Algunos que ya han comido se dedican a mirar como el resto acude a la llamada del rancho.
Mientra tanto Denilka esta enseñando los cangrejos que han traído a uno de los mas jóvenes de la expedición, que mira con gran atención.
Y como no ha habido bastante arroz para todo el mundo hay que preparar mas.
Después de comer seguimos con la pesca, en este caso es Indira quien mientras pesca con su palo no deja de mirar hacia donde están los de la red, que la verdad es que no tuvieron mucha suerte.
Los chicos se fueron hacia la playa, pero no tardaron en regresar, pues las nubes que estuvieron amenazando toda el día, al final descargaron una buena tromba de agua.
No hubo mas remedio que retirarse, montar el toldo en el pickup, subir los diez pasajeros a la caja y regresar hacia Soloy, bajo la lluvia, y sujetando el toldo para que no se volase.
En fin un gran día con mi familia Ngäbe, lleno de emociones y recuerdos.
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14 respuestas a «Panama 2016 – Las Lajas II»
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